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26 de agosto de 2012

La casa de las bellas durmientes , de Yasunari Kawabata





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Me gustó tanto Lo bello y lo triste que quise continuar con la obra de Yasunari Kawabata y me leí La casa de las bellas durmientes o también titulada La casa de las bellas dormidas. Una novela muy cortita (en un  día me lo había leído y con interrupciones) pero también muy intensa. Si habéis leído Memorias de mis putas tristes veréis que Gabriel García Márquez empieza su novela con el siguiente párrafo del libro antes del primer capítulo:

«No debía hacer nada de mal gusto, advirtió al anciano Eguchi la mujer de la posada. No debía poner el dedo en la boca de la mujer dormida ni intentar nada parecido.»
Yasunari Kawabata,
La casa de las bellas dormidas

La influencia de este cuento está clara en esta obra de García Márquez, hay quién incluso habla de plagio. Si habéis leído ambos podéis juzgar vosotros mismos. 

Pero volviendo a Kawabata y a su obra, en La casa de las bellas durmientes Eguchi es el protagonista, un señor mayor que aun no se considera viejo en comparación con alguno de sus amigos. Uno de ellos le comenta que existe una casa en la que pagas por dormir junto a jóvenes narcotizadas vírgenes de una gran belleza. Sólo hay algo que no se permite y es hacer nada de mal gusto con las bellas durmientes. Eguchi decide comprobar personalmente que placer le pueden ver “los viejos” en dormir junto a jóvenes completamente dormidas y acude a la casa. Acude una vez, dos, tres, … y cada vez con más frecuencia. ¿Por qué? Por todo lo que es capaz de sentir junto a cada una de las chicas que la madame le proporciona.
Las bellas durmientes le despiertan recuerdos de sus amantes, de sus hijas, … un montón de historias olvidadas y que reaparecen gracias a esos olores y texturas de esas chicas jóvenes, que nunca se despiertan, que nunca sabrán quién ha estado con ellas y con quien no puede mantener ningún tipo de relación. Pero en definitiva ellas le dan vida, le hacen sentir.

“Eguchi pensaba antes que las muchachas que no se despertaban eran una perpetua libertad para los ancianos . Dormidas y mudas, decían lo que los ancianos deseaban.”

De nuevo un argumento que podría parecer burdo y que Kawabata convierte en algo dulce y delicado, incluso sensual.  Y de nuevo vuelvo a quedarme sorprendida con la facilidad y normalidad con que Kawabata trata el tema de las amantes en la vida de los varones japoneses. Sinceramente no sé si es un tema propio de este autor o es habitual en novelas japonesas, o sencillamente casualidad de que este tema aparezca en las dos obras suyas que he leído. Es como si la infidelidad fuera algo implícito / aceptado en cualquier matrimonio. Curioso si más no.

Seguramente este libro merecerá una segunda lectura un poco más reposada. Es un libro bonito que bien lo merece.

3 de agosto de 2012

Lo bello y lo triste, de Yasunari Kawabata




Después de una muy larga sequia literaria he vuelto a leer y por eso hoy me apetece escribir sobre el libro Lo bello y lo tristede Yasunari Kawabata, autor premiado con el Premio Nobel de literatura en 1968. Parece ser que en 1972 se suicidó inhalando gas. Existen varias hipótesis o razones que parece que justifican el hecho de que Yasunari Kawabata decidiera quitarse la vida. Entre ellas se encuentra el hecho de que fuera gran amigo de Mishima y de que se quedara muy afectado por el suicidio de su compañero.
Yasunari Kawabata fue una persona emocionalmente insegura que vivió dos historias de amor dolorosas en su juventud. Y es que los sentimientos de “Lo bello y lo triste” no podrían haber sido plasmados con esa profundidad sin haber sido experimentados.

La historia tiene como eje principal la tormentosa relación que mantuvieron Oki Toshio y Otoko cuando ella tenía 15 años y él ya era un hombre casado con un hijo recién nacido. Veinte años más tarde Oki decide ir a Kioto para oír las campanadas del templo en el Año Nuevo y aprovecha para ir a ver a Otoko, a la que no ha vuelto a ver pero tampoco ha olvidado. Otoko se ha convertido en una famosa pintora y vive con su protegida Keiko, una joven de veinte años, guapa, sensual, amoral y apasionada. El encuentro entre Otoko y Oki hará que Keiko, enamorada de Otoko y sabedora de lo que Oki hizo sufrir a su amante en el pasado, empiece a urdir su particular venganza. 

A medida que transcurre el presente se van produciéndose saltos al pasado a través de los cuales vamos conociendo cómo fue aquella historia de amor y pasión entre Oki y Otoko. Lo que pasó, el peso de las decisiones tomadas y las heridas sufridas que perduran en el alma para siempre. Un libro con una buena dosis de intensidad y buenas reflexiones. Imprescindible para todo aquel que sea capaz de empatizar con este tipo de relaciones tan intensas en la que la razón no cuenta. Puro sentimiento y amor irracional. Relaciones y vivencias que se quedan en el recuerdo, se idealizan y se mimetizan.

“Otoko seguía amando a Oki (…). ¿Pero era posible que esos amores hubieran permanecido inalterables desde los tiempos en que habían sido una realidad tangible? ¿No cabía la posibilidad de que algo de esos mismos amores se hubiera transformado sutilmente en amor por si misma?”


Pero no hay que olvidar que el autor es japonés y que es una cultura muy diferente, con unas pautas de comportamiento y maneras de hacer que nada tienen que ver con las nuestras. Es por eso que, a veces, ciertos comportamientos descolocan e incluso pueden parecer absurdos. Para mi este choque de culturas es interesante, incomprensible muchas veces, pero me gusta.

¡¡Buenas vacaciones a todos!!
Bones vacances a tots!!